Ya
había oscurecido y Robert corría lo más rápido que podía, el señor Bockel andaba tras de él. Pero cuando llego a la esquina vio que otro señor
Bockel se acercaba por la izquierda, así que cruzo la calle y voltio a mirar,
dándose cuenta que ya eran casi 4 Bockel que venían detrás de él.
Robert
pidió auxilio, y de pronto una mano lo arrastro a un pasaje de cristal. Era la
mano del diablo de los números. Los dos se subieron a un ascensor lleno de
espejos, y cuando ya iban en el piso cincuenta las puertas de abrieron y
llegaron a una azotea con un gran jardín.
Este
había sido mi sueño- dijo Robert- y se lanzó a un columpio de flores.
Las
personas desde allí se veían como hormigas.
No
sabía que hubiera tantos señor Bockel- dijo Robert-
Pero
no te preocupes- dijo el diablo- no le debes tener miedo.
Pero
tengo una pregunta- dijo Robert- llevo toda la semana pensando en ¿que me puede
servir todos esos trucos que tú me has enseñado? Y ¿porque lo que tú dices
cuadra siempre?
¡Aaaahhh!-
dijo el diablo- así que tú quieres es saber las reglas del juego, lo que
realmente hay detrás de todo esto. Lo que yo quería enseñarte es que
racionando, pensando y resolviendo es fácil. Pero crees que para el diablo de
los números saber algunas ejercicios matemáticos es algo saciable, para mi
estar averiguando es uno de las más grandes cosas que me gustan hacer.
Pero
has pensado alguna vez atravesar un rio? – dijo el diablo, cambiando el tema-
Pues
saltaría de roca en roca hasta poder llegar al otro lado- dijo Robert-
Pues
así son las pruebas en matemáticas ya hemos resuelto algunas de esas rocas pero
nos faltan otras para poder así llegar al otro lado del rio- dijo el diablo.
El
diablo le conto a Robert la experiencia que tuvo atravesando un rio, pero por
mas diablo que fuera un día resbalo de una de estas piedras y cayó al agua.
Solo
recuerdo una persona, el viejo Johnny, el sí pudo completar la prueba, aunque
lo haya rectificado como quinientas millones de veces, pero eso sí, pudo
descansar en paz.- dijo el diablo nostálgico- pero eso si, más adelante llego otro diablo y
descubrió otra forma de hacerlo, demostrando que lo que había hecho Johnny era
erróneo. Pero a muchas personas le toca más duro que el señor Bockel el cual
llega a casa a corregir cuadernos, por ejemplo un amigo de Inglaterra, quiso
demostrar que 1+1=2, y aquí tengo la hoja donde lleva todos sus cálculos – el
diablo saca un hoja y se la muestra a Robert-
Pero
hasta yo se que 1+1=2 – dijo Robert-
Si
pero él quiso comprobar de donde salía- dijo el diablo- aunque se vea sencillo
es algo horriblemente difícil, como por ejemplo en un viaje por américa te
encuentras con 25 amigos y los quieres visitar a todos, pero cada uno vive en
un país diferente, tienes que hacer un cálculo del recorrido en el que te demores
menos y recorras menos kilómetros, que aunque suena fácil es más difícil de lo
que piensas.
Pero
para resolver este problema –dijo el diablo- hasta los diablos más astutos han
tratado pero a veces si resulta y en otras veces no.
Entonces
los diablos también se equivocan- dijo Robert-
Claro
que si- dijo el diablo- aunque a veces me alegro mucho cuando he podido cruzar
el rio sin mojarme los zapatos.
Pero
bueno mejor nos hablamos mañana que tengo que dormir bien por que mañana
resolveré el algoritmo simple para superficies politópicas.
¿El qué?-
dijo Robert
La forma de
desenredar una maraña- dijo el diablo
El diablo
despareció y Robert siguió sentado en el columpio que aún se mecía.
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