viernes, 12 de julio de 2013

Decima noche



Robert estaba sentado sobre su mochila, con un frio que le llagaba hasta los huesos, pero al mismo tiempo estaba sentado en un cómodo sillón y veía como titiritaba.
Entonces uno puede soñar con uno mismo- pensó Robert-
Y de un momento para otro los copos de nieve empezaron a crecer cada vez más, pero mientras el verdadero Robert que se encontraba sentado en el sillón miraba la figura que tenía cada copo.
Pero entonces un dedo le dio unos golpes en la espalda y dijo:
-No te parecen maravillosos los copos- dijo el diablo que estaba sentado tras de él.
De pronto el diablo encendió la luz y Robert se dio cuenta que estaba sentado en la silla de un cine, al frente de una pequeña pantalla donde estaban pasando una película.
Mira-dijo el diablo- te he traído esto. Y el alcanzo una caja
Es un ordenador- dijo Robert-
Es como un portátil- le explico el diablo- y todo lo que escribas en el aparecerá en la pantalla.
Así que Robert empezó a practicar con los números de Bonatschi escribiéndolos y haciendo operaciones. Pero dentro de las divisiones que hizo Robert se dio cuenta que el resultado era un número, una coma y otros números, así que el diablo le explicó que se trataban de los números con decimales, y que esos decimales significan aproximación.
Después el practicar u poco más el diablo le mostro un pentágono y le dijo:
-este pentágono tiene cinco lados, y cada lado mide  1.618 cuangs, entonces al dibujar una estrella de cinco puntas dentro de él, cada lado de la estrella me va a medir igual. Que te parece?-
- brujería- dijo asombrado Robert.
Después el diablo y Robert empezaron a hacer más ejercicio, dividiendo diferentes números, y cada vez Robert quedaba más asombrado.
Después Robert dibujo otras figuras en el portátil y empezó a hallar lo mismo que con el pentágono. Luego  empezaron a utilizar figura en tercera dimensión, pero estas eran un poco más complicadas, así que el diablo le enseño a sacarlas en un plano y después si calculaban los lados.
Pero haciendo un ejercicio, mientras el diablo decía el resultado la vez se hacía cada vez más débil, y de u momento para otro el cine se oscureció. Y de pronto despertó y se dio cuenta que no estaba bajo la nieve, sino bajo su cobija blanca.



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